PREVENCIÓN
DE LA AGRESIVIDAD Y LA VIOLENCIA EN EL DEPORTE EN EDAD ESCOLAR: UN
ESTUDIO DE REVISIÓN
Alfredo Sáenz. Fernando Gimeno Marco. Hector gutierrez
Pablo. Beatriz Garaiz Ibañez de Elejable. Cuadernos de psicología del
Deporte, vol. 12, 2, 57-72
INTRODUCCIÓN:
Los jóvenes deportistas dedican una parte importante de su tiempo de ocio a
la práctica deportiva. Durante la misma suelen acontecer comportamientos y
actitudes de deportividad y de no deportividad. Según Martens (1892) no
existe una definición de deportividad, sino que habría que identificar de
manera específica las conductas de deportividad, su conexión con cada deporte,
con el nivel de juego de los deportistas y con la edad de estos.
El Consejo Superior de Deportes de España, basándose en el Código de Ética
del Consejo Europeo designa que deportividad tiene dos significados:
a) Respeto de cada una de las normas escritas
que rige cada deporte
b) Respeto por las
normas y reglas morales.
Lee (1996) define
que la deportividad se fundamenta en un principio de justicia para todos, en
donde no existe la intención, ni fortuita, ni deliberada, de conseguir una
ventaja deshonesta sobre el adversario. Pero en ocasiones durante la práctica
deportiva también pueden aparecer comportamientos inadecuados, como los
violentos. La violencia según la UNESCO se define como “todo cuanto se
encamine a conseguir algo mediante el empleo de una fuerza, a menudo física,
que anula la voluntad del otro”.
Psicólogos definen la agresión como “cualquier comportamiento con el
objetivo de lastimar a otro que tenga la motivación para evitar esos tratos” (Baron
y Richardson 1994). Según Archer y Browne la conducta
agresiva es un compendio de tres características:
1.- Intención de causar daño
2.- Provocar daño real
3.- Existencia de una alteración en el estado emocional de la persona.
Sin embargo otros autores la
clasifican según el tipo de refuerzo primario: Agresión Hostil y Agresión Instrumental.
La agresión hostil es
aquella en la que el refuerzo es el daño que se inflige a otra persona, y la
agresión instrumental es aquella que se lleva a cabo para conseguir un
objetivo utilizando la agresión. Ambos tipos de conductas se saltan lo limites
del comportamiento competitivo permitido por las reglas de cada deporte al
implicar un intento de daño al oponente y no son admitidas en los contextos
deportivos.
Finalmente, otros autores señalan que el comportamiento agresivo y violento
es “el conjunto de pensamientos, actitudes y comportamientos expresados
inadecuadamente y que implican una serie de respuestas que traspasan la línea
de las normas, el respeto, la consideración, el control y la deportividad. La
conducta agresiva en el deportista abarca, en su conjunto, una serie de
reacciones desajustadas como, por ejemplo, insultar, amenazar, desafiar,
criticar, pegar, golpear, empujar…”
En contraposición a la agresividad negativa, que no está permitida en el
deporte, nos encontramos con la asertividad (la intención no es dañar al
oponente, sino simplemente establecer un dominio, jugando dentro de las reglas
de cada deporte con una elevada emotividad).
TEORÍAS EXPLICATIVAS
DE LA AGRESIVIDAD Y VIOLENCIA EN EL DEPORTE:
Son numerosos los modelos teóricos que tratan de explicar los
comportamientos agresivos.
Teorías activas y reactivas:
Las teorías activas, asumen que la agresividad es un estado emocional
innato.
Las teorías reactivas, asumen que la agresividad se produce como respuesta
o adaptación a determinados estímulos de naturaleza interna y externa.
Las causas de la violencia pueden ser múltiples y es posible que la
justificación varíe si el análisis de la cuestión lo hacemos desde la
psicología, la sociología, la educación o cualquier otra disciplina desde la
que estemos abordando la cuestión.
Teorías innatistas:
Las teorías innatistas consideran que la agresividad tendría sus bases en
la historia evolutiva de los organismos. Según Eibl –Eibesfeldt (1993), la
agresión es un impulso que es propio de la naturaleza del ser humano, por lo
que tendría características universales y estaría profundamente enraizado en la
historia evolutiva del ser humano.
El modelo clásico de agresión-frustración (Dollard,
Doob, Miller, Mowrer y Sears, 1939) la imposibilidad de conseguir un
objetivo determinado, lleva al individuo a sentir frustración. Esta lleva a
desencadenar un impulso agresivo, que tiene como consecuencia la agresión.
Las teorías reactivas otorgan más importancia al ambiente que a lo innato.
Así, la revisión del modelo anterior, asume que la agresividad se produce
también como respuesta a estímulos externos. Desde esta perspectiva, un
facilitador como la frustración provoca un incremento en la activación
fisiológica y psíquica del individuo, lo cual podría desencadenar en una
conducta agresiva solo si por aprendizaje social el sujeto ha interiorizado
unos códigos que le indiquen que dicha conducta es adecuada en tales
circunstancias.
Teorías conductistas:
También las teorías conductistas han pretendido explicar cómo los sujetos
acceden a la adquisición de ciertas conductas, entre otras, las agresivas.
El aprendizaje por condicionamiento clásico (la conducta
humana, aunque influida por la biología, es también un cumulo de respuestas
condicionadas).
Conceptos de
condicionamiento clásico (Watson 1920), pueden ayudar a explicar la
adquisición de ciertas conductas antideportivas en los contextos deportivos.
Por ejemplo, cuando el entrenador le grita a un jugador (estimulo
incondicionado), puede ocurrir una reacción de sobresalto (respuesta
incondicionada). La proximidad del entrenador al deportista (estimulo neutro)
puede, a través de la asociación repetida con gritos, finalmente producir
ansiedad y comportamientos no deportivos (respuesta condicionada).
Otra de las teorías conductistas que ha pretendido explicar la agresividad,
ha sido la teoría del condicionamiento operante. Este modelo
teórico pretende describir la relación entre la conducta y los sucesos
ambientales que sobre ella repercuten. Según Skinner (1976), sobre
la teoría del condicionamiento operante, se fundamenta el paradigma del
reforzamiento, que se sirve de la modificación de la conducta para evaluar,
valorar y alterar la conducta. En los contextos deportivos encontramos una
frecuente utilización de contingencia de reforzamiento, convirtiéndose en uno
de los procedimientos de aprendizaje más usual. La enseñanza a jóvenes
deportistas, entrenadores o padres/espectadores de comportamiento o formas de
actuación se plantea como un programa de refuerzos que permita modificar la
conducta aumentando las conductas relacionadas con la deportividad.
Teorías socio-cognitivas:
Las teorías socio-cognitivas postulan que tanto el contexto social como
ambiental determinan las actitudes y conductas, entre ellas agresivas que
desarrollan los individuos.
La teoría del aprendizaje social o teoría social cognitiva, utiliza
elementos de aprendizaje clásico operante y vicario, para explicar la conducta.
Esta teoría, desarrollada en sus inicios por Bandura, va mas allá del refuerzo
directo al que se refiere Skinner, incorporando el refuerzo vicario. Además
concede gran importancia a la construcción del conocimiento por parte del
individuo. Según Bandura (1977), se aprende no solo lo que se hace,
sino también observando las conductas de otras personas y las consecuencias de
estas conductas. Sin embargo años después Bandura considere simplista esta
teoría a la hora de explicar el fenómeno que observaba (agresión en
adolescentes) y decide utilizar el concepto determinismo reciproco, para
explicar que el ambiente causa el comportamiento y que también que el
comportamiento causa el ambiente. Es por tanto, un modelo de interacción, donde
los acontecimientos ambientales, los factores personales y la conducta actúan
entre si como determinantes interactivos.
En los
últimos años, teorías socio-cognitivas explicativas de la motivación, la
teoría de la orientación de las metas de logro y la teoría de
la autodeterminación, han pretendido explicar los comportamientos
prosociales y antisociales en el ámbito deportivo.
La teoría de
la orientación de las metas de logro pretende relacional el tipo de orientación,
hacia el ego o hacia la tarea (Nicholls, 1989). La orientación al
ego se relacional de forma positiva con comportamientos antisociales.
Duda (2001) señala que las personas
exhiben ambos tipos de orientaciones, existiendo una serie de factores que
hacen que en cada momento particular se presente diferentes niveles de
implicación en ambas orientaciones. Por lo tanto la orientación de los
deportistas será el resultado de los factores situacionales y disposicionales.
La teoría de
la autodeterminación trata de explicar cómo las personas que participan en contextos
deportivos, pueden sentirse de manera diferente al realizar una actividad.
- - Intrínsecamente
motivados
- - Extrínsecamente
motivados
Estos tipos
de motivación pueden predecir los comportamientos prosociales y antisociales.
En los individuos con mayor nivel de autodeterminación (alta motivación
intrínseca) aparecen comportamientos de deportividad. En cambio una alta
desmotivación (baja motivación intrínseca) se asocia a conductas agresivas.
Teoría del razonamiento moral:
Otros autores pretenden explicar la agresividad en los contextos deportivos
a partir de la teoría del razonamiento moral. Se ha demostrado que niveles más
bajos de razonamiento moral, están asociados con una mayor probabilidad de
consentir y expresar comportamientos antisociales en el deporte. Y altos
niveles de razonamiento moral se asocian a la aceptación y manifestación de
comportamientos prosociales. La teoría del razonamiento moral, en lugar de
centrase en el modelado o en técnicas operantes, fija su atención en el modo en
que los cambios en el desarrollo y el crecimiento psicológico en las personas
interactúan con las experiencias ambientales para modelar el razonamiento
moral. Este modelo considera que la capacidad de razonar depende del
nivel de desarrollo mental de cada persona.
TIPOLOGÍA DE PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA:
El termino prevención aglutina una gama de medidas dirigidas tanto a la
reducción de comportamientos inadecuados, como al aumento de comportamientos
adecuados. Se distinguen tres niveles:
1. - Prevención
primaria: hace referencia al conjunto de actividades que se realizan antes
de que aparezcan determinad tipo de actitudes o conductas no deseadas.
2. - Prevención
secundaria: se refiere a la detección de determinadas conductas no
deseadas.
3. - Prevención
terciaria: hace referencia a la implantación de un tratamiento cuando
habitualmente ocurren incidentes antideportivos. Este tratamiento pretende
reconducir o paliar los efectos y consecuencias de dichos comportamientos.
DISCUSIÓN:
Los programas y estrategias implicados en los contextos deportivos en edad
escolar, se fundamentan principalmente en dos teorías. La teoría
del razonamiento moral, proponiendo acciones de sensibilización y
formativas principalmente, que permitan la reflexión de los agentes sociales y
de los jóvenes deportistas, y la teoría del aprendizaje social proponiendo
comportamientos adecuados a los agentes socializadores, con el propósito de que
por aprendizaje vicario los deportistas las adquieran cuando afrontan la
práctica deportiva.
La mayoría de los textos revisados hacen referencia a la prevención
primaria. Sería interesante que los programas, además de proponer estrategias
de prevención, propusiesen al mismo tiempo acciones de intervención y
rehabilitación. Estos programas deben incluir 1) acciones de carácter
divulgativo y formativo (prevención primaria) 2) acciones de intervención
(prevención secundaria) 3) acciones de rehabilitación (prevención terciaria).
Se hace necesario que las estrategias de prevención
que se propongan, sean rigurosamente evaluadas a partir de datos conductuales
pre-post test, con el objetivo de conocer su verdadero impacto.
Las estrategias que conforman estos programas procuran influir sobre el
desarrollo y crecimiento psicológico de los agentes que participan en los
contextos deportivos en edad escolar. Y otras se basan en técnicas de
modificación de conducta que permitan evaluar valorar y alterar los
comportamientos.
Finalmente
las acciones preventivas de comportamientos inadecuados mayoritariamente se
dirigen a los agentes directos que rodean a los jóvenes deportistas,
principalmente a entrenadores padres y madres. Sin embargo, son escasas las
acciones que de forma directa o indirecta participan sobre los jóvenes.
Únicamente cuando los agentes sociales proporcionan modeles adecuados, la
práctica deportiva se convertirán en un instrumente eficaz para el aprendizaje
de los valores socialmente deseables.
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